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Bienvenidxs al tren de la TEORÍA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA CONTRAHEGEMÓNICA.

Este es un blog de una Ciencia Política enfocada desde lo interdisciplinario y el interculturalismo: feminismo, indigenismo, latinoamericanismo, abolicionismo y todos los ismos y las (cul)turas que no nos muestra la cultura hegemónica represiva capitalista.

La mediocridad para algunos es normal, la locura es poder ver más allá. No te olvides que el cielo es tu límite

19/1/15

Sobre las epistemologías del sur: indigenismo y eurocentrismo en el debate de la integración y la interculturalidad

Hace falta aclarar antes que nada, que al hablar de las epistemologías del sur desde este blog partimos de la teoría y el concepto de Boaventura de Sousa Santos, Sin embargo, dicha corriente funciona como un piso, no como un techo, por lo cual si bien hay una coincidencia en la amplia mayoría del desarrollo teórico, hay también proposiciones alternativas e indagaciones en otros aspectos no explorados.
En primera instancia, la epistemología propuesta por Sousa Santos, rescata tanto conceptos filosóficos como praxis de diferentes sociedades originarias, tal como es el caso del Sumak Kawsay, para aplicarlos al funcionamiento contemporáneo de las ciencias y las instituciones. 
Justamente, para poder incorporar cosmovisiones alternativas y poder generar un cambio en las lógicas occidentales con las que nos manejamos en la vida cotidiana, tanto de manera micro -los ciudadanos en el transcurso de nuestras vidas diarias- como de manera macro -a lo que son las grandes estructuras e instituciones, como la ciencia o el Estado- hace falta primero tener en claro el lugar que ocupan los pueblos originarios en las sociedades contemporáneas.  
Rodolfo Stavenhagen es uno de los intelectuales que más claro desarrolla el tema desde sus orígenes coloniales hasta la condición actual. De esta manera por ejemplo, si bien en la época colonial el proceso de descubrimiento del otro fue en realidad un encubrimiento del otro, dado que lo caracterizan como "otro" quienes lo nombran; en la época republicana donde ya contábamos con independencia política, se acentúa la otredad de los pueblos originarios, y de su mano, el mito civilización y barbarie con toda la violencia física y simbólica que eso conlleva.
 "Los indígenas estaban fuera de la sociedad, estaban fuera de la polis, fuera del sistema jurídico imperante, y debían ser tratados como algo extraño al cuerpo social, al cuerpo cultural, al cuerpo civilizado, a la religión dominante, etc. Entonces el concepto de "Civilización y barbarie" comenzó a generar un tipo de políticas sociales, económicas desde luego, y militares, entre el Estado que cada vez se hacía más poderoso en estos países, y las poblaciones indígenas que, desde luego, habían recibido un tratamiento distinto durante la época colonial, pero que el Estado republicano y la visión del Estado Nacional neoliberal republicano que nació en el siglo XIX no podía, realmente, tolerar."
Esto queda retratado en lo que es la literatura argentina del siglo XIX, con Facundo de Sarmiento, El Matadero de Echeverría o el Martín Fierro de Quiroga. Otro documento clave para entender los ojos con que se miraba al otro y qué se hacia al respecto del mismo son las leyes y las políticas públicas. El mejor ejemplo es la Constitución Argentina en su preámbulo: "(...)con el objeto de construir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia (...)". O en el artículo n°25: "El gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes."
Pero esta es justamente la historia oficial, la misma que nos contaban los manuales de historia de primaria y secundaria, o con la literatura escolar infanto juvenil como Milla Loncó de Rodolfo Otero, donde el protagonista citadino se muda cerca de la frontera y vive las aventuras de los clásicos malones de los indios incivilizados y salvajes. 
Sin embargo, la posición de los Estados Nación latinoamericanos cambió en la mitad del siglo XX. Ahora, con el apogeo del relativismo cultural, y de la igualdad en la diferencia, se instala por un lado que es políticamente incorrecto tratar de inferior a las culturas indígenas, y por el otro se resalta la utilidad de integrar a estas culturas para conseguir el desarrollo y la modernización desde el Estado y con políticas públicas. Eso sí, si es que están dispuestas a colaborar, por ejemplo, sediendo tierras comunales al fisco. 
De no hacerlo, caen en esa categoría de culturas "que por su arcaísmo, por su tradicionalismo, por estar enraizadas en antiguas prácticas ya superadas por la tecnología modernas, etc,. son incapaces de modernizarse". Y es justamente este nuevo mito, de la falta de voluntad de las culturas originarias para integrarse al desarrollo del Estado Nación el que justifica la matanza indiscriminada y la toma de tierras de las comunidades aborígenes en el sur de Chile, o en el norte de Argentina. Y esta situación está presente aún hoy, cuando hubo un gran avance en lo que se refiere a la pedagogía con la cual se habla de los pueblos originarios en las escuelas o respecto de la filosofía y la política con que algunos Estados nacionales dejaron de festejar el "Día de la Raza" el 12 de Octubre para empezar a conmemorar la Conquista de América, el Día del Respeto a la Diversidad Cultural o el Día de la Resistencia Indígena.
¿Cómo puede ser que habiendonos concientizado, para dejar de festejar el colonialismo y pasar a reconocerlo como un etnocidio, sigamos sin poder tolerar las culturas que vienen siendo ultrajadas desde hace más de 500 años? ¿Cómo puede ser que no nos reconozcamos parte, aunque sea un poco, de esos pueblos y abracemos tanto las culturas impuestas occidentales?
Hace falta entender que nosotros Chilenos, Argentinos, Uruguayos, Brasileños, Peruanos, y demás pueblos latinoamericanos no bajamos de los barcos, no somos europeos -por mucho que muchos quisieran que fuese así- y que así como muchos ven por encima de los hombros a las comunidades aborígenes, como inferiores; a America Latina desde las visiones euro y estados unidos céntrica se la ve de la misma manera. Sudacas podría interpelar a la más alta elite porteña en España o Estados Unidos como Indio al cualquier qom de la población formoseña La primavera en una ciudad. Es exactamente lo que nos tiene que motivar a querer cambiar las lógicas con las que operamos.
Ahora, ¿significa esto que hay una oposición entre las culturas indígenas y las culturas europeas? Desde este punto de vista, de ninguna manera. Dado que somos, las sociedades latinoamericanas, el producto de la fusión de las culturas europeas iluminadas y de tradiciones de los pueblos originarios, no podemos ni rechazar la cultura europea, ni querer enterrar nuestras raíces autóctonas.
Por eso mismo, el objeto de este articulo es buscar conciliar puntos de vista, y promulgar una epistemología del sur, no que esté basada netamente en las culturas de los pueblos originarios, porque sería poco realista a la hora de la aplicación, lo mismo que el eurocentrismo. Sino que nos permita identificarnos como parte de un proceso mayor, global, entendiendo la conformación de nuestras propias identidades, y donde comprendamos que no es casual ni inocente la conformación de países desarrollados frente a los países subdesarrollados. Pero para poder conseguir eso, hay que despojarnos (o intentarlo de mínima) de todo chauvinismo cultural que subsuma una cultura ante otra.


Bibliografía:
Santos, Boaventura de Sousa (2012), "Public Sphere and Epistemologies of the South", Africa Development, Vol. XXXVII, Nº 1, 43-67.
Santos, Boaventura de Sousa (2011), "Épistémologies du Sud", Études Rurales, 187, 21-50
Stavenhagen, Rodolfo (2010). "Los pueblos originarios, el debate necesario", CLACSO, Buenos Aires.